10.04.2009

Viajes y viajeros, el redescubrimiento del Egipto perdido (II)


En 1798, Dominique Vivant Denon y los estudiosos que Napoleón lleva con su ejército, recorren el país dibujando y registrando todos los monumentos que después (1809) publicarán en la Descriptión de l´Egypte, obra compuesta por nueve volúmenes de texto y once de tablas con más de tres mil dibujos elaborados por doscientos artistas. Los monumentos del antiguo Egipto, si bien cubiertos de escritos, permanecen mudos a los ojos de todos los viajeros europeos: a pesar de algunas tentativas, no hay modo de descifrar la escritura de los faraones. En 1799, cuando ya está finalizada la aventura napoleónica, el lugarteniente Bouchard descubre, por casualidad, cerca de Roseta, en el Delta, una estela que años más tarde será esencial para descifrar los jeroglíficos. Mientras tanto los descubrimientos se van siguiendo: en 1813, el gran orientalista suizo Johann Ludwing Burckhardt descubre el templo de Abu Simbelb y en 1815, el paduano Giovanni Battista Belzoni desembarca en Egipto, donde, entre 1816 y 1818, lleva a cabo una serie de extraordinarias empresas, entre ellas recordemos la apertura del gran templo de Abu Simbel, el descubrimiento de la tumba de Sethi I y la de la entrada de la pirámide de Quefré. Dos años despué otro italiano, Girolano Segato, descubre la entrada de la pirámide escalonada de Zoser, en Saqqara, y levanta un plano cartográfico de amplios territorios del Alto Egipto y de Nubia, llegando hasta el lejano oasis de Siwa.
En 1822, un joven estudioso francés, Jean François Champollion, anuncia al mundo que ha descifrado la escritura jeroglífica y en 1828 organiza, junto con su alumno Ippolito Rosellini, la Expedición franco-toscana, para verificar sobre el terreno la exactitud de sus deducciones y obtener nuevos documentos epigráficos: nace así la egiptología moderna.
En 1838, el pintor escocés David Roberts remonta el Nilo y toma nota de todos los emplazamientos arqueológicos del Antiguo Egipto, contribuyendo a dar a conocer en Europa los monumentos egipcios.
El prusiano Richard Lepsius continúa la obra científica de Champollion y en 1842 organiza una expedición para remontar el Nilo hasta Meroe, publicando después su obra fundamental Denkmäler aus Ägypten und Äthiopien, dedicada a los monumentos egipcios y etíopes.



Dibujo de David Roberts



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