6.10.2009

Majestuoso Nilo

Al principio del Holoceno, hace unos diez mil años, el Nilo discurría majestuoso por el denominado "Sahara verde", el actual territorio desértico, que , a causa del clima de entonces mucho más húmedo (debido a a los episodios glaciales del Cuaternario), estaba constituido por una inmensa sabana poblada por búfalos y gacelas, elefantes y cebras. Las inundaciones anuales del rio eran enormes, pero cuando las aguas se retiraban, una miríada de lagos, marismas y pantanos aparecían diseminados aquí y allá en las tierras emergentes: allí habitaban los cocodrilos, los hipopótamos y toda clase de peces y aves. En este ambiente extremedamente favorable, se movían las primeras comunidades de cazadores-recolectores que empezaron a domesticar a los animales y a cultivar las plantas, practicando junto a la caza y la recolección, el pastoreo, la cría de animales y la agricultura.
El clima y la naturaleza favorecían los desplazamientos tanto a través de aquel desierto, que luego se convertiría en un obstáculo insuperable, como a lo largo del eje del rio: las materias primas y las ideas se intercambiaban con igual frecuencia.
Hacia el 5.000 a.C. , cuando el clima empezó a hacerse cada vez má árido hasta parecerse al actual, la población, luchando constantemente por su supervivencia, buscó refugio en el Valle del Nilo que les ofrecía condiciones de vida más favorables. Nacieron así los primeros conglomerados proturbanos que se establecieron en dos áreas del país: al norte y al sur.
En el sur, los asentamientos tuvieron lugar en una región situada en la parte montañosa de la futura ciudad de Tebas; en el norte, en la parte occidental del delta del Nilo y en El Fayum, región verde originada por la presencia de un brazo del Nilo que discurre sobre una vasta depresión formando el lago Qarun.
Los dos grupos se desarrollaron de forma diversa e independiente y dieron una impronta dual a Egipto, que por esta razón pronto se denominará "el país doble" o "las dos tierras": dualidad que se encuentra también en la contraposición desde el punto de vista físico entre Kemet y Deshret.
En estas primitivas comunidades la vida no podía desarrollarse sin un orden y una organización social que para los cazadores-recolectores era superflua. Así se fue definiendo la figura del jefe que después se transformaría en rey: es decir, el individuo que garantizaba la supervivencia de su pueblo, que organizaba el trabajo y la defensa contra los enemigos externos.
La aparición de un rey y la de un poder centralizado en Egipto fueron los elementos que permitieron la formación del estado dinástico.
El Nilo fue el elemento unificador de ese estado: el rio aseguraba durante todo el año el agua vital que ya no procedía del cielo.
Los antiguos egipcios basaron sus estaciones y la distribución de los trabajos en el ritmo de las inundaciones: a mediados de julio, cuando Sothis volvía a brillar en el cielo matutino, el dios Cnum de cabeza de carnero abría las puertas de su inmensa caverna al fondo de la primera catarata y dejaba salir las aguas: se iniciaba entonces la estación Akhet (la inundación) que duraba hasta finales de de septiembre. Luego, cuando las aguas se retiraban y volvían a su cuenca empezaba la estación Peret, durante la cual tenían lugar la siembra, la fase germinativa (noviembre-marzo) y finalmente el momento de la maduración de los cereales y de la recolección, que se llevaba a cabo entre los meses de abril y junio, durante la estación Shemu.
A menudo las inundaciones del Nilo eran irregulares, mientras que el cultivo de hortalizas y legumbres requería una cantidad de agua de distribución regular; además, los dos principales cereales que se cultivaban, el trigo y la cebada, no bastaban para asegurar la subsistencia de las distintas comunidades. Por esta razón, muy pronto fue necesario "domesticar" las aguas del rio, como se había hecho con los animales en tiempos remotos.
Los egipcios proyectaron y construyeron diques y canales probablemente desde el período predinástico, como parece indicar un relieve en la maza del rey Escorpión, en el que un hombre trabaja en la excavación de una canalización.
Al propio tiempo, la autoridad central personificada en el rey se dedicaba a organizar graneros y almacenes para la conservación de los alimentos: un sistema complejo que requería la existencia de una administración eficaz.
Como es natural, la primitiva economía de caza, pesca y recolección que se practicaban en el río, en los estanques y en los numerosísimos pantanos de grandes dimensiones, nunca se abandonó y continuó siendo una parte muy importante del sostén de las poblaciones del Valle del Nilo.




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